Detalles prácticos sobre el Escapulario
1 – Goza de los privilegios aquél que se hace miembro de la familia carmelitana al recibir el escapulario, que debe ser necesariamente impuesto por un sacerdote, según el ritual previsto. En caso de peligro de muerte, siendo imposible encontrar a un sacerdote, incluso un seglar puede imponerlo, recitando una oración a Nuestra Señora y utilizando un escapulario ya bendecido.
2 – Cualquier sacerdote o diácono puede efectuar la imposición del Escapulario. Para eso, debe utilizar una de las fórmulas para la bendición, prevista en el Ritual Romano.
3 – El escapulario debe ser usado de manera continua (incluso durante la noche); permitiéndose en caso de necesidad, para lavarse por ejemplo, quitárselo, sin perder el beneficio de la promesa.
4 – El escapulario es bendecido solamente una vez, en la imposición, para toda la vida. La bendición del primer escapulario es transmitida a los demás.
5 – La medalla escapularia – El Papa S. PÃo X concedió la facultad de substituir el escapulario de tejido por una medalla, que debe tener en una de las caras el Sagrado Corazón de Jesús, y en la otra cualquier imagen de Nuestra Señora. Se puede usar sin interrupción (en el cuello o de otra forma) y gozar de los mismos beneficios. A pesar de ello, la medalla no puede ser impuesta, debe ser utilizada como substitución al escapulario de tela ya recibido. Se recomienda que no se deje de usar completamente el escapulario (por ejemplo, colocándoselo por la noche). De todas maneras, la ceremonia de imposición debe ser hecha necesariamente con el escapulario de tela. Cuando se cambia la medalla, no es necesaria otra bendición.
Condiciones para beneficiarse de las promesas
1 – Para beneficiarse de la promesa principal, la preservación del Infierno, no existe otra condición que la del uso del escapulario, desde que se haya recibido con recta intención, y que lo lleve puesto efectivamente en la hora de la muerte. Se admite a tal efecto, que una persona lo lleva puesto de manera continua, en el caso de que sea privada de su uso, como por ejemplo, los enfermos en los hospitales.
2 – Para beneficiarse del "privilegio sabatino", es necesario cumplir tres requisitos.
a) Llevar puesto habitualmente el escapulario (o la medalla).
b) Conservar la castidad, de acuerdo al propio estado (total, para los célibes; y conyugal para los casados). Hay que decir que ésta es una obligación de todo cristiano, pero sólo gozarán de este privilegio aquéllos que vivan habitualmente en tal estado.
c) Recitar diariamente el pequeño Oficio de Nuestra Señora. Sin embargo, el sacerdote, al hacer la imposición, tiene el poder de conmutar esta obligación, un poco complicada para los laicos comunes. Es costumbre sustituirlo por la recitación diaria del Rosario. Las personas no deben tener recelo de pedir al sacerdote esta conmutación.
3 – Aquéllos que reciben el escapulario y después dejan de usarlo no cometen ningún pecado. Únicamente que dejan de recibir los beneficios. Aquél que vuelva a usarlo, incluso habiéndolo dejado por largo tiempo, no necesita una nueva imposición.
Indulgencias vinculadas al Escapulario
a) Se concede indulgencia parcial a aquél que, llevando piadosamente el Escapulario, o la medalla, haga un acto de unión con la SantÃsima Virgen o con Dios a través del Escapulario, por ejemplo, besándolo, formulando una intención o un pedido.
b) Se concede indulgencia plenaria (remisión de todas las penas del purgatorio) en el dÃa en que se recibe por primera vez el escapulario, y también en las fiestas de Nuestra Señora del Carmen, 16 de julio; de San ElÃas, 20 de julio; de Santa Teresa del Niño Jesús, 1 de octubre; de todos los Santos de la Orden del Carmen, 14 de noviembre; de Santa Teresa de Jesús, 15 de octubre; de San Juan de la Cruz, 14 de diciembre y de San Simón Stock, 16 de mayo.
Hay que decir que las indulgencias son recibidas si se cumplen las condiciones habituales: confesión, comunión, desapego de todo pecado, incluso los veniales, y oración por las intenciones del Santo Padre (se acostumbra rezar un Padrenuestro, una AvemarÃa y el Gloria).
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