Por primera vez en la historia, desde 1917, en este gran día 13 de mayo, tu pueblo amado, señora nuestra, viniendo de los más diversos ángulos del mundo no puede estar presente aquí, en multitud, impedido por los riesgos de la salud pública ...
De repente, algo que ni siquiera podíamos imaginar nos confina en nuestras casas y nos priva de los momentos más deseados y afectuosos de la vida,
visitarte en tu santuario, pero hoy lo viviremos desde nuestros hogares como
lo vivimos cada año junto a ti, oh tierna madre, en una "peregrinación interior,
con la luz, la esperanza, la consolación y la paz de Cristo que llevas a nuestras casas y a nuestros corazones".
Ruega por nosotros Santísima Virgencita para que pronto podamos salir victoriosos de esta terrible pandemia y podamos regresar todos, aquí, juntos, en acción de gracias, para cantarte:
"Aquí vimos, mamá querida, consagrar nuestro amor"
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