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9 de junio de 2022

♱ Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote ♱




La fiesta de «Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote», es una fiesta litúrgica movible que se celebra anualmente, el primer jueves siguiente a la Solemnidad de Pentecostés. (aunque aún no está elevada a festividad universal).  Cristo es supremo Sacerdote para siempre.

La aprobación de esta fiesta fue concedida por primera vez por la Congregación por el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos en 1987.

Nuestro Señor Jesucristo es el Sacerdote de la Nueva Alianza que nos ha reconciliado con Dios y nos ha llamado a formar parte de su Iglesia, haciéndonos hijos del Padre.  En muchas diócesis se celebra también en este día la Jornada de santificación de los Sacerdotes.

Los sacerdotes de la Antigua Alianza sacrificaban en el altar animales, pero no se sacrificaban ellos.  Todos hemos de ser como él, sacerdotes y víctimas, porque nuestro sacerdocio es el suyo.

Aunque hay decenas de miles de sacerdotes en la Iglesia Católica, hay, en el sentido más propio de la palabra, un solo Sacerdote, y ese Sacerdote es Jesucristo.  Todos los demás sacerdotes,  son partícipes de ese único sacerdocio de Cristo.

El sacerdote nos introduce en la memoria del Señor, no sólo en su pascua, sino en el misterio de toda su obra, desde su bautismo hasta su pascua en la cruz.

El "sacerdocio" cristiano no es solamente "religioso" ni cultual, sino "carismático"; es el ordo de los que han recibido el espíritu y, en virtud de su orden, están habilitados para continuar la obra de los apóstoles.



Debemos orar siempre a Dios por los sacerdotes y acompañarlos en su caminar pastoral tantas veces testimoniado lejos de reflectores, de manera callada, discreta y generosa.  Aunque muchas veces solo los juzgamos.  Ellos son necesarios en nuestra vida cristiana, así como la escoba para que esté limpia la casa.  Pero a nadie se le ocurre poner la escoba en la vitrina.  Consideremos el peso de la dignidad divina que lleva dentro.  Y cuántas veces no habremos ayudado a tal o cual sacerdote a superarse y cuántas lo habremos hundido más aún en el aislamiento, con la incomprensión y la maledicencia.

No olvidemos que el sacerdote perdona los pecados, es instrumento de la misericordia de Dios.


En un mundo lleno de rencores y envidias, el sacerdote es portador del perdón.
Está siempre dispuesto a recibir confidencias, descargar conciencias, aliviar desequilibrios, a sembrar confianza y paz.  El sacerdote ilumina.
Cuando nos movemos a ras de tierra, nos señala el cielo.  Cuando nos quedamos en la superficie de las cosas, nos descubre a Dios en el fondo.
El sacerdote intercede.  Amansa a Dios, le hace propicio, le da gracias, da a Dios el culto debido.  Impetra sus dones.
El sacerdote ama.  Ha reservado su corazón para ser para todos.  El sacerdote es antorcha que sólo tiene sentido cuando arde e ilumina.
El sacerdote hace presente a Cristo.  En los sacramentos y en su vida.  Es el alma del mundo. Donde falta Dios y su Espíritu él es la sal y la vida.
No hace cosas sino santos.  Todos hemos de ser santos, pero sin sacerdotes difícilmente lo seremos.  Es grano de trigo que si muere da mucho fruto.  Nada hay en la Iglesia mejor que un sacerdote, aunque sí lo hay: dos sacerdotes.


♱ La celebración de la fiesta de Jesucristo, Sumo Sacerdote y Rey, debe ser contemplada, para todos los católicos, como un día intensamente sacerdotal.

♱ Es un día para amar y adorar el sacerdocio de Jesucristo, que a su vez está aunado al sacerdocio de todos sus ministros.

♱ Hoy es un día para agradecer a Jesús habernos regalado este precioso don a toda la humanidad, en la que cada día, en cada Iglesia del mundo, cada presbítero hace presente, mediante la consagración de las dos especies, a Jesucristo, el Hijo de Dios altísimo.

♱ Todos los cristianos, debemos de tomar este día como una gran jornada de oración por la santidad de todos los Sacerdotes, unirnos con fe y esperanza, en comunión con todos los Santos, sintiéndonos verdaderamente parte del Cuerpo místico de Cristo, para así pedir, al Dueño de la mies, para que envíen y hayan muchos y santos Sacerdotes.





 Nancy  A. Sparrow




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