Nuestros antepasados usaban grandes tinajas para almacenar agua y aceite; empleaban cántaros para acarrear agua y frascos de terracota para guardar perfumes.
Los alfareros que fabricaban estos utensilios tan necesarios eran parte muy importante de a economía de los antiguos pueblos y ciudades.
Un alfarero moderno describió así su artesanía:
-Mis dos manos dieron forma a esta vasija. Y el lugar en el que se forma en realidad es uno de tensión entre la presión aplicada en el exterior y la presión de la mano del interior.
Mi fe en Dios y el amor de algunos amigos que actuaron en mí. Mi vida, al igual que esta vasija, es el resultado de lo que ocurrió en el exterior y de lo que sucede en el interior de mi vida. La vida, como esta vasija, se forma en lugares de tensión.
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