Si intentas ser ecuánime y justo, evitarás desorientarte y confundirte con prejuicios y te librarás de ser injusto en tus apreciaciones sobre los demás y en relación con sus actos.
Si evitas descalificar a los demás te harás mucho más aceptable a ellos.
Si te deshaces de resentimientos, actuarás con firme y segura esperanza, tu corazón será un remanso de paz y un delicado artesano para el bienestar de quienes te rodean y a quienes amas.
Que el amor de Dios brille sobre ti hoy y todos los días de tu vida.
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