Este es el principio del fin. Cuando la magia desaparece, hay que trabajarse la relación día a día y regarla con pequeños detalles, frases y actos que parecen insignificantes, pero que no lo son. Despertarla con su canción preferida, preparar el desayuno, colocar su toalla en el radiador para que esté caliente cuando sale de la ducha, dejarle una nota que diga: “¡Que tengas un buen día!” , en la puerta para que la vea cuando salga, dejarle un mensaje grabado en su iPod… Hay infinidad de cosas que se pueden hacer, pero verbalizarlo en voz alta ya es otro cantar, ¿verdad?
Según una encuesta realizada por Parship.es, una agencia ‘on line’ para la búsqueda de pareja estable, el 15 por ciento de los españoles tiene claro que jamás dirá ‘te quiero’ porque considera que el amor es algo que se demuestra con actos y no con palabras.
La mayoría de los encuestados (el 56 por ciento) admitió haber dicho "te quiero" precipitadamente, al poco tiempo de iniciar la relación, frente a un 19 que considera que esta frase merece ser dicha cuando ambos están seguros de sus sentimientos y la relación es suficientemente sólida.
Solo un 5 por ciento confesaron que les cuesta mucho pronunciar estas dos palabras y aprovechan cuando la otra persona lo dice para contestar: “Yo también te quiero”.
Lo que está claro es que el amor es un sentimiento maravilloso e incontrolable que cuando llega arrasa con todo y se demuestra con actos, pero también necesariamente, nos guste o no, con palabras.
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