Los creyentes en Jesús también tienen su propia jerga. Usamos jerga común que puede que los incrédulos no comprendan. Por ejemplo, usamos las palabras gracia, salvos, y arrepentimiento. Todas estas son buenas palabras, pero, al compartir nuestra fe, podría ser de mayor ayuda decir, “el regalo de Dios del perdón inmerecido” en vez de gracia. O “hemos sido rescatados de la muerte y hemos recibido vida eterna” en vez de salvos. Y podríamos decir “alejarse de las malas acciones” en vez de arrepentimiento.
El apóstol Pablo estaba dispuesto a ser flexible en su ministerio a fin de alcanzar a tantos como fuera posible con el Evangelio de Cristo (1 Co. 9:19-23). Eso aún podría haber incluido las palabras que usaba para explicar las buenas nuevas de la muerte y la resurrección de Jesús.
Puede que explicar nuestra fe en términos fáciles de entender ayude a que alguien capte el significado de volver a nacer – ser transformado por el amor y el perdón de Jesús.
Reflexión:
Si tenemos la Palabra de Dios en nuestra mente, podemos poner las palabras correctas en nuestra boca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario