Le comenté hasta cierto punto algo de lo que estaba sintiendo y el ancianito me preguntó:
-¿Has visto lo lindo que brilla el sol?
Sin darme cuenta que quien me hablaba no podía ver, le contesté:
- En realidad ni me había fijado.
El anciano me contestó:
-“ EL SOL BRILLANDO Y TU CIEGA...”
Han pasado muchos años de aquel encuentro y muchos años para darme cuenta que muchas veces vamos por la vida “CIEGOS”. Nos levantamos con el “PROBLEMA” y caminamos todo el día con el “PROBLEMA” y el sol y la vida brillando a nuestro alrededor y no lo vemos.
No permitas que pase tu día sin mirar aquello hermoso que te rodea. No pierdas ni un minuto más oscureciendo tu vida y la de otros a tu alrededor. Todos tenemos problemas, pero recuerda que éstos son nuestra oportunidad para aprender y crecer.
Que no pase un día mas donde termines diciendo:
“EL SOL BRILLANDO...¡Y YO CIEGA!”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario